Si queremos estar en los recuerdos que más adelante tendrán nuestros hijos e hijas de sus vidas. Si deseamos que nos recuerden, que sepan cómo éramos y qué hacíamos. Si nos gustaría que hablasen de nosotros a sus propios hijos e hijas para que ellos mantengan también viva nuestra memoria. Entonces debemos estar presentes en sus vidas.
Estar presentes no es sólo acompañarles, mantenernos físicamente cerca de ellos/as. Estar presentes implica una actitud atenta, significa que nuestra energía, pensamientos y emociones están enfocados en ellos/as. Cuando estamos presentes organizamos el tiempo y las tareas a fin de poder dedicarnos en el "ahora" a ellos/as, por completo.
Será necesario pues, gestionar adecuadamente nuestro tiempo y obligaciones para poder "reservar" un momento y un espacio en exclusiva para ellos/as.
Podremos organizar un día fijo al mes (un sábado al mes en el que organicemos salidas o excursiones sólo para la familia), o a la semana (almuerzo los domingos en casa, sesión de película semanal.... Lo importante es que existan estas actividades, que sean esperadas y anticipadoas con ilusión por todos los miembros de la familia, y que supongan un encuentro exclusivo entre padres/madres e hijos/as.
Será muy bonito, además, tomar fotos o vídeos para poder crearnos un "banco de recuerdos bonitos", (una simple caja de zapatos bien decorada bastará para recopilarlos). Este material será un hermoso recurso del que podremos echar cuando deseemos animarnos, o toque superar algún conflicto o problema, y también podremos ponerlos al alcance de nuestros hijos/as si ellos/as mismos necesitan un poco de ánimo.
Sólo estando presentes en sus vidas tanto ellos como nosotros, podremos recordar más adelante estos años como algunos de "los mejores años de nuestras vidas".
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