Muchas veces sentimos que todo lo que nos rodea se tuerce. En momentos determinados, por más que respiramos hondo, acallamos nuestra mente, y calmamos nuestras emociones, no podemos acceder completamente a ese estado de presencia.
Comienzan a surgir tareas que requieren nuestra intervención, las personas que nos rodean se vuelven exigentes y negativas (seguramente sin que esté relacionado con nosotros), las circunstancias económicas o laborales se agravan... Surgen por todas partes desafíos que se nos ponen delante y nos retan.
En ese momento debemos comprometernos con nuestra capacidad creadora y persistir. Probablemente sea lo más difícil, mantener el tipo, dar la cara ante las circunstancias y centrarnos en lo que se puede hacer ahora. Pero es la única opción alejada del ego que podemos realizar.
Persistir implica mantener la mente alejada del prejuicio y la opinión, desconectar las emociones del tiempo psicológico (pasado o futuro), y continuar teniendo fe firme en que las cosas se resolverán del mejor modo, y en que, cuando lo hayan hecho, habremos atesorado una valiosa experiencia de aprendizaje.
Me comprometo, aquí y ahora a persistir, a darme el tiempo que necesite, con amor y paciencia, y a mantener la fe en que finalmente, avanzaré y construiré de forma consciente mi propia vida sin importar cuántos desafíos deba afrontar.
¿Y tú? ¿Estás comprometido con el logro de tus propios sueños?
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